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malditosgusanos

Propongo a Quim Monzó como Gusano Honorífico

Holas amigos gusanos.

La salvajada que le han hecho a nuestro querido Triki no ha pasado desapercibida para los medios. El mismísimo Quim Monzó ha dejado clara su indignación en el artículo de hoy de La Vanguardia, el cual os pego a continuación.

bufanda

ADIÓS, MONSTRUO DE LAS GALLETAS

QUIM MONZÓ - 15/04/2005

Los creadores de Barrio Sésamo han anunciado que el Monstruo de las Galletas dejará de ser el tipo glotón que era hasta ahora. Incluso aquellos a los que el programa nos pilló ya creciditos vimos algún capítulo en aquella época en la que los canales de televisión se reducían a dos: la primera cadena y el UHF. Yo lo veía por la tarde, en los bares de los alrededores de la calle Badal, mientras tomaba cerveza y merendaba banderillas y berberechos. Me encantaba lo de "lejos, cerca", "dentro, fuera", "arriba, abajo"... Y cuando una vía de tren se convertía, de repente, en una cremallera. En muchos momentos el programa me hacía pensar en Joan Brossa.

El Monstruo de las Galletas era un tipo gordo, peludo y azul; con los ojos saltones, como todos los personajes de aquella serie.Me fascinaba el momento en el que pillaba un montón de galletas y se las comía a puñados, con tanta avidez que buena parte se le caía de la boca. Pero a él le daba lo mismo, sin darse cuenta de que, de haber sido menos ávido, su glotonería hubiese quedado más satisfecha. El Monstruo de las Galletas me recordaba a mí mismo, engullendo lo que me gustaba, en la mesa o fuera de ella. Por motivos semejantes, en Friends acabé sintiendo gran simpatía por Joey: por aquel capítulo en el que está en un restaurante con una chica, cenando, y -como tanta gente- la chica intenta picotear en su plato y Joey se indigna y se niega en redondo, mientras lo protege con los brazos y dice: "¡Joey no comparte su comida!".

Ahora, en la nueva serie de capítulos de Barrio Sésamo,los productores quieren inculcar en los niños las virtudes de la fruta, la higiene, el ejercicio y el dormir las horas adecuadas. De modo que, en adelante, el Monstruo de las Galletas hará régimen y sólo las comerá muy de tarde en tarde. Hemos visto tantas cosas así estos últimos tiempos que la noticia ya no sorprende. Hemos visto como Bibendum, el monigote de Michelin, ya no es panzudo sino esbelto. Hemos visto como a Lucky Luke le quitaban el cigarrillo de los labios y lo sustituían por una ramita de árbol. Hemos visto como al capitán Haddock le borraban las viñetas en las que aparecía masticando hojas de coca. Hasta a Jean-Paul Sartre le han quitado estos días el cigarrillo de los labios. Para homenajearlo con motivo del centenario de su nacimiento, en Francia han editado un cartel en el que aparece en una de sus fotos más características, pero sin cigarrillo. Igual que Stalin ordenaba borrar de las fotos a sus camaradas caídos en desgracia. Y aún no sé por qué -ya puestos- a Sartre no le han retocado un ojo, para que deje de ser bizco.

Pero para el Monstruo de las Galletas el cambio es aún peor: supone un ataque mortal a su esencia. ¿Cómo va a ser el Monstruo de las Galletas si ya sólo las come de cuando en cuando? Más le hubiese valido que lo hubiesen enterrado y, en su lugar, hubiesen presentado al Monstruo de la Nutrición Equilibrada, ese que consigue mantener su glucemia a 98 mgr/dl (valores de referencia: 55 a 110 mgr/dl), su uremia a 33 mgr/dl (valores de referencia: de 10 a 55 mgr/dl), sus triglicéridos a 142 (sospechoso a partir de 150 mgr/dl, elevado a partir de 200 mgr/dl) y su colesterol LDL a 118 (dudoso a partir de 160 mgr/dl, elevado a partir de 190 mgr/dl).

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